El Banco de España revisará sus previsiones tras el hachazo del INE al PIB del segundo trimestre
Cascada de revisiones a la baja de las previsiones de PIB para este año de organismos nacionales e internacionales. A la nueva previsión de crecimiento de la economía española de JP Morgan, un 4,5%, se va a sumar ahora el Banco de España. El gobernador, Pablo Hernández de Cos, ha anunciado este martes que actualizará las previsiones de la entidad después de que el INE redujera del 2,8% al 1,1% el crecimiento de la economía española en el segundo trimestre y elevara del -0,4% al -0,6% los números rojos del primero.
La semana pasada el Banco de España elevó su previsión de crecimiento de la economía española al 6,3% para este año, una décima más que en sus anteriores estimaciones de junio, y mejoró al 5,9% la previsión para 2022 y al 2% para 2023, pero lo hizo dos días antes de que el INE revisara a la baja el dato de crecimiento del segundo trimestre.
Ahora, una vez se analicen las implicaciones de la profunda revisión a la baja del INE para el segundo trimestre del año, el organismo que encabeza Hernández de Cos tendrá que actualizar sus estimaciones.
El gobernador ha afirmado que más allá de las cifras concretas de crecimiento para este año, «que se verán afectadas por esta revisión», anticipa que «se mantendrá una progresiva normalización de la actividad en los próximos trimestres, bajo el supuesto de que continuará el proceso de mejora de la situación epidemiológica».
Las proyecciones que manejan también apuntan a que la tasa de ahorro de los hogares experimentará una reducción progresiva y se situaría en el promedio de 2023, algo por encima de su nivel previo a la crisis.
Cos reconoce que la pandemia del Covid-19 «ha impactado con una fuerza inusitada sobre la actividad empresarial, si bien con distinta intensidad por sectores y según el tamaño de las empresas».
No obstante, celebra que el resultado de las políticas económicas «ha permitido evitar una oleada de quiebras y cierres masivos de empresas», pero ha advertido de «algunos problemas» detectados en la ejecución del programa de ayudas aprobado en España que, a su juicio, deberían resolverse «con prontitud».
En todo caso, apunta, «por su naturaleza, este tipo de programas se dirige a un elevado número de empresas, de tamaño muy reducido en la mayoría de los casos, lo que dificulta su implementación y exige realizar una evaluación periódica del mismo que, en su caso, justifique su adaptación si los resultados muestran indicios de que no se están alcanzando los objetivos previstos».
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